La economía en Bolivia registra aciertos y desaciertos en la política pública. Entre los aciertos el crecimiento razonable del PIB (pese a la crisis mundial), el crecimiento del nivel de reservas internacionales, la inflación mínima, el incremento de depósitos y créditos y la mantención de los superávits gemelos: fiscal y comercial. Tambien es importante analizar que Bolivia, tiene una creciente deuda social interna desde hace una década y que incide en el alto nivel de desempleo.
La pérdida de mercados alternativos a la producción no tradicional y la mala actuación del gobierno boliviano ha provocado una caída de las exportaciones, la baja inversión privada, el crecimiento de la deuda externa que tendrán que ser reajustadas y sometidas a la nueva política económica del Gobierno Boliviano.
Para una gran mayoría de los bolivianos el año 2010, se presenta como una abierta esperanza a solucionar los principales problemas en la economía popular, como el desempleo y marginalidad. La Política Económica del actual gobierno izquierdista, ha comprometido proyectos de industrialización y la nacionalización en sectores estrategicos como la energía y minas.
El 2010 según expertos analistas será un año de mayor estabilidad política y habrá un cambio dentro de la proyección internacional de Bolivia en un tono más conciliatorio.
Si bien, en el aspecto político no existirán mayores sobresaltos para el partido de gobierno Movimiento al Socialismo (MAS), que ha logrado los 2/3 en las desiciones de la Asamblea Plurinacional, la deuda social interna acumulada desde hace una década será el principal obstáculo para atender a todos los sectores de la economía nacional, pese a la creación de bonos a beneficio de niños, mujeres y ancianos, las grandes desigualdades campo-ciudad no tendrán reformas sustanciales capaces de revertir los cuadros de pobreza actual, aun con el discurso de mayorías nacionales hacia el socialismo del siglo XXI.
Para el año 2010, el estatizado aparato productivo nacional, deberá cumplir con las metas económicas de generar excedentes capaces de sostener una economía cada vez mas dependiente, debido a la política asistencial del actual gobierno, para ello, el financiamiento de organismos de cooperación y países amigos, tendrá un gran reto de asistir a un gobierno con urgentes demandas sociales, clientelista y altamente populista.
Entre las recomendaciones económicas es necesario orientar la economía del sector no tradicional rearticulando la pérdida de mercados por más pequeño que sea.
La planificación del desarrollo, enmarcada en el plan nacional y planes departamentales y municipales, tendrá importantes variantes por el nuevo marco autonómico que regirá en todos los departamentos del país. La gravitación de las decisiones centralistas tendrán en las regiones mayores criterios de responsabilidad local frente a la corriente de recursos que sean transferidos por el TGN para la ejecución de proyectos de los ámbitos regionales.
El 2010, es promisorio, lo importante es no caer en fundamentalismos políticos que dividen e ideologizan la economía sobreponiendo intereses de corrientes extremistas que no hacen más que alejarse del anhelado proceso de mejora de las condiciones de vida de sectores vulnerables.
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