miércoles, 9 de septiembre de 2009

CAMBIO CLIMATICO PERCEPCIONES (BOLIVIA: ALTIPLANO SUD)


REALIDADES ANDINAS FRENTE AL CAMBIO CLIMATICO

En la región andina sur, las variaciones climáticas por la acción del efecto invernadero, han generado un proceso de deterioro de las condiciones de producción especialmente en la región del Altiplano Boliviano; porque añadido al uso intensivo del suelo, que se practica con el cultivo de la quinua, tienen su efecto sobre estado de aridez y desertificación de los suelos que disminuyen la productividad y genera migración del campo a la ciudad.

En la comunidad de Río Márquez a 3900 msnm., el señor Lorenzo Choque, quinua cultor de 57 años, cuenta su experiencia, identificando tres periodos de clima en el año, nos dice que en su comunidad cada año, se presenta un periodo lluvioso, un periodo de frío intenso y un periodo caluroso.

Desde hace 20 años, si bien se han reducido sus cosechas por el uso intensivo del suelo, nos cuenta que se han incrementado cuantiosamente las granizadas y nevadas, además se acentuado el calor, por lo que existe un déficit de agua para la siembra y cría de nuestros animales.

Vanos han sido los sahumerios y khoas (ofrendas a la madre tierra) para que, el comportamiento climático pueda ser como antes, cuando sus padres y abuelos eran reconocidos productores y anualmente eran beneficiados por la madre tierra.

Lorenzo, tiene una edad que no le permite migrar a la ciudad y cambiar de actividad para ganarse el sustento diario, tiene que luchar con todas sus fuerzas en su pequeña comunidad, que no solo está afectada por la baja producción, sino que al mismo tiempo pierde terrenos por efecto de la salinización del suelo, que arrastra sedimentos desde el salar (Salar de Uyuni) y la intensa actividad minera en comunidades aledañas (Complejo de plata San Cristóbal).

Si consideramos la magnitud del problema, seguramente nos preguntaremos que tan insignificante puede ser nuestro conocimiento para retroceder en el tiempo y modificar todo un deteriorado ecosistema.

La familia Choque con 200 cabezas de ganado camélido (Llamas y Alpacas), día a día realiza su pastoreo en sitios más lejanos, a veces los hijos no llegan a dormir a la comunidad de Río Márquez durante varios días, es por ello que los hijos de don Lorenzo no están en la escuela. Entonces él se pregunta, si no les esperan días como agricultor o ganadero, que oficio podrán desempeñar?.

Retrocediendo en el tiempo Lorenzo nos traslada al pasado diciendo, antes nuestros brujos (Mallkus) que ofrendaban a la tierra, pedían lluvia y la madre tierra cumplía…..En las fiestas enflorábamos a los animales para pedir fertilidad y así se veía. Ahora sólo queda el recuerdo, porque el castigo nos ha llegado, hay mas granizada y nevada, nuestros bofedales y humedales se están secando, los bebederos para animales están contaminados, se imaginan si en esta desolada tierra así estamos, que les espera a las ciudades que se ven tan contaminadas.

Así como ha ido cambiando el clima en nuestro Altiplano, también existe un cambio en nuestras costumbres, si antes participabamos con nuestros padres y abuelos de algún ritual, ahora nuestros hijos están olvidando nuestra cultura,

Según estudios de amenazas y evaluación de vulnerabilidades en el Altiplano Sud en Bolivia, el comportamiento de las granizadas antes de 1950 llegaba al 9,30% del total de las comunidades de la Provincia Nor Lípez-Potosí y actualmente el año 2009 alcanza al 67,44%. En el caso de la salinización de suelos antes de 1950 0,00% y el 2009 llega al 11,63% la sequía es perenne porque antes y después de 1950 hasta nuestros días alcanza al 76,74%, siendo una región árida, semidesértica y con deterioros ambientales de áreas desertificadas con el transcurso del tiempo y por causa del cambio climático.

La percepción sobre el cambio del comportamiento climático del ecosistema de comunidades altiplánicas de la provincia Nor Lípez en Bolivia, además ha generado que aproximadamente el 50% de las familias tengan que migrar hacia zonas de valle y llanos. Ahora si consideramos la calidad de la migración y que beneficios ha podido lograr para el desarrollo agropecuario nacional, en síntesis podemos afirmar, ninguno. La migración de las familias del Altiplano asentadas en los yungas bolivianos como el Chapare (Región de Cochabamba), han dedicado sus oficios de agricultores a la plantación de coca, que está generando uno de los desastres ambientales más grandes al ecosistema de bosques y praderas en Bolivia. Si consideramos que la plantación de la coca es dañina para el suelo y la conservación de la biodiversidad, los problemas causados por su plantación solo tienen fines económicos ilícitos. Si bien en Bolivia un 20% de la población acullica (mastica) la coca, la producción anual de 30.500 Has es un grave atentado a la ecología y el medio ambiente con consecuencias de degradación humana, que es aún más difícil de controlar su expansión.

Que futuro espera a la familia de Lorenzo Choque, cuando los problemas de degradación ambiental se perciben y castigan la economía de miles de familias en el Altiplano Sud de Bolivia, será que migre como sus vecinos a valles interandinos o podremos ayudar a mitigar los efectos que están empobreciendo la economía, desarticulando a la familia, y degradando su hábitat.

La problemática es aún muy compleja, lo que nos invita a los estudiosos del medio ambiente a tomar muy en cuenta que la relación del hombre andino y su entorno natural, a veces presenta ciertas características de dramatismo, pero también existe una sabiduría ancestral del uso racional de los recursos. Si bien el elevado grado de deterioro es generado por la dinámica de la naturaleza, familias de los Andes bolivianos recurren al trabajo comunal preventivo Mink´a, (hoy por ti, mañana por mí) para lo cual se destinan días de laboreo agrícola y ganadero en la preparación y prevención frente a riesgos ambientales.

El convivir con ésta dinámica de riesgos ambientales, ha logrado reflexionar de las consecuencias que son ocasionadas por los fenómenos naturales y como si fueran ciertas las súplicas a las divinidades, aun quedan muchas familias dedicadas al agro y la ganadería, como signo de que no todo está perdido, sino que aún existe la esperanza de días de sosiego y paz en estos submundos rurales.

Relatar esta historia de la familia de Lorenzo, es gratificante, así como se muestran debilidades y amenazas en las formas de vida en zonas desoladas del Altiplano Boliviano, y que nos muestran el grado avanzado del efecto invernadero y las cada vez más crecientes y deshumanizadas emisiones de CO2, puedan generar una conciencia social global, para una sostenibilidad ambiental de futuras generaciones.

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